FC Barcelona y Real Madrid nos ofrecieron ayer un espectáculo digno de los dos grandes equipos que son en la vuelta de cuartos de final de la Copa del rey.
Los blancos se quitaron los complejos de la ida y salieron a por el conjunto blaugrana desde el primer minuto de encuentro. Y dio sus frutos ya que Gonzalo Higuaín estuvo a punto de batir a Pinto en la primera jugada del encuentro. La intensidad era tremenda. Ambos equipos iban a cada jugada como si fuera la última y eso hizo de este partido de copa el mejor encuentro del año. El Barça buscaba la posesión y hacía pequeños rondos con emboscadas en determinadas zonas del campo mientras que el Madrid salía como una flecha apoyados en el buen hacer de Kaká y en el increíble Mesut Özil. Posiblemente el alemán fuera lo mejor del partido ayer. Así, el conjunto de José Mourinho tuvo dos más muy claras en los pies de Cristiano Ronaldo y de Higuaín de nuevo. El argentino no tuvo su mejor noche en el Nou Camp. El FC Barcelona, por su parte, que partía como la clara apuesta por la Copa del Rey como máximo favorito para pasar de ronda, estaba más impreciso de lo normal y no se encontraba a gusto en el campo hasta que, en dos minutos, Leo Messi habilitó a Pedro para poner el 1-0 y Dani Alves recogió un rechace que puso en la escuadra de Casillas para establecer el 2-0 en el electrónico. El Real Madrid abandonaba el terreno de juego al descanso con la sensación de que el castigo era demasiado severo.
Pero, lejos de amilanarse, salieron en la segunda mitad con más fuerza si cabe. Tras unos primeros minutos de tanteo, Sergio Ramos remató a la red un centro de Xabi Alonso pero el gol fue bien anulado por falta del central madridista. Esta acción hizo ver al conjunto dirigido por José Mourinho que tenían opciones reales de llevarse el partido. La entrada, sobre todo, de Granero y Benzemá dotó de más claridad a los visitantes y fruto de ello llegó el primer gol madridista. Özil puso un gran balón al espacio a Cristiano y éste, una de las apuestas por el pichichi, no perdonó ante Pinto. Pero lo mejor aún estaba por llegar. Tan sólo tres minutos después Karim Benzemá cogió un balón suelto y, tras irse con un sombrero espectacular de Puyol puso el empate en el marcador. A partir de aquí el partido fue una locura, un homenaje al fútbol. Los culés tuvieron algún acercamiento de Pedro y Alexis que no concretaron y los blancos varios balones al área y una buena opción de Cristiano que no llegó a impactar con el esférico. Al final, el resultado permaneció inalterable y el FC Barcelona se clasificó para las semifinales de la Copa del Rey.
De este partido los de Pep Guardiola salen fortalecidos por la clasificación pero los de Mourinho lo hacen por la gran imagen dada y porque no están en la siguiente fase debido a la falta de suerte en determinados momentos.
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