lunes, 26 de agosto de 2013

Opinión: La inmoralidad del Real Madrid

Ya estaban tardando. Pero ya están aquí las críticas. Sin ni siquiera ser oficial, empiezan a alzarse las voces críticas con el excesivo coste del fichaje de Gareth Bale por el Real Madrid. Y, cómo no, los gritos indignados vienen de Can Barça. Faltaría más.

Resulta que para el nuevo entrenador del F.C. Barcelona, las cifras que se manejan en el coste del traspaso del jugador galés por el club blanco son inmorales, más aún en el momento en que vivimos. Ricos contra pobres, ya saben.

Para el momento de crisis en que vivimos, pagar alrededor de 100 millones de euros por un jugador de fútbol, que vive de pegar patadas a un balón, son una falta de respeto total y absoluta, sobre todo para aquellas familias que no pueden llegar a fin de mes. Y razón no le falta, claro. El problema viene cuando las dosis de cinismo e hipocresía sobrepasan el entendimiento humano.

Tal vez alguien debería preguntarle al bueno de Tata si le parece inmoral el sueldo que cobra su mejor futbolista, que además es revisado cada año. Tal vez alguien debería preguntarle al bueno de Tata si le parece inmoral pagar 57 millones de euros por un futbolista de su equipo fichado este verano. Tal vez alguien debería preguntarle al bueno de Tata si le parece inmoral repescar a un canterano por 40 millones de euros. Y tal vez alguien debería preguntarle al bueno de Tata si le parece inmoral el sueldo que él mismo cobra actualmente por el trabajo que desempeña. Y así podríamos seguir durante varios días.

Nadie duda que tenga razón en la denuncia de las cifras escandalosas que se pagan por los futbolistas. Lo que recibiría mi aplauso sería hacer la misma crítica empezando por las cifras que maneja su club. Pero no. Lo elegante es atizar a los movimientos del club todopoderoso y rico de la capital del reino, mientras se vende el buenismo y las ejemplares políticas económicas de su club.


Del capitán de su equipo trataremos otro día. El que no se riegue un césped a su gusto acabará siendo un tema denunciable. Ante el tribunal de La Haya por lo menos.

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