jueves, 29 de septiembre de 2011

El Arsenal también sabe ganar sufriendo


El Arsenal se ha impuesto al Olympiakos en el Emirates por 2-1 en el partido correspondiente a la segunda jornada de la fase de grupos de la Champions League. Los de Wenger sufrieron para sacar la victoria, pero finalmente la consiguieron para encadenar tres victorias consecutivas que frenan el pesimismo del inicio de temporada.

Los ‘gunners’ no hicieron su mejor partido. Comenzaron queriendo el balón e intentando llevar el peso del encuentro, pero los griegos, con Ernesto Valverde en el banquillo, eran capaces de desactivar a los locales con mayor facilidad de la esperada. Así, en el minuto 8 de partido, Alex Song, uno de los mejores del Arsenal en este inicio de Liga, encontró a Chamberlain con un pase cruzado. Éste, en su debut en la Champions hizo un gran control y, tras zafarse de cuantos defensores le salían a su paso, definió con gran tranquilidad ante Costanzo. Tras el gol, el partido siguió por los mismos derroteros y en el minuto 20, André Santos, tras un rechace en la línea de fondo batió al meta del equipo griego. Mucha efectividad ‘gunner’ para tan poco juego. Parecen lejanos los tiempos en los que el conjunto inglés era una de las apuestas por la Champions. El Arsenal seguía espeso en la creación mientras que el conjunto griego montaba contras peligrosas que la defensa del conjunto inglés repelía con gran solvencia. Pero en el minuto 27, David Fuster recortó distancias tras un perfecto cabezazo a la salida de un corner. A partir de aquí, el Olympiakos se lo empezó a creer pero las jugadas de ambos equipos se perdían en el limbo.

La segunda mitad fue otra historia. Los griegos adelantaron líneas y presionaron más arriba al conjunto inglés en busca del empate. Curiosamente esto propició el efecto contrario a lo que buscaba Valverde. El Arsenal tuvo varios acercamientos peligrosos al inicio de la segunda mitad, propiciado por el espacio que se generaba a la espalda de la defensa griega. Tras estos sustos, los visitantes volvieron a la carga. Arteta tuvo que salvar una ocasión bajo palos, e incluso Torossidis estrelló un balón en el palo. Tras esos minutos de asedio en los que podrían haber cambiado los pronósticos deportivos y con la salida de Ramsey y, sobre todo de Van Persie, los de Wenger recuperaron el balón y durmieron el partido hasta el pitido final.

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