En apenas 16 días dará comienzo la Eurocopa de fútbol, de
la cual, como bien se han encargado de recordarnos todos los medios deportivos
de este país durante los últimos meses, pero sobre todo estas últimas semanas,
España parte como principal favorita para conseguirla. En caso de hacerlo,
sería la primera selección capaz de encadenar torneo continental + Mundial +
torneo continental. He de reconocer que, por un lado, sueño con una victoria de
La Roja, pero por otro lado estoy
deseando fervientemente que no consigan el título, aún a sabiendas que más de
uno me tachará, como mínimo, de antiespañol. Probablemente pensarán que, por el
hecho de ser catalán, automáticamente voy en contra de todo lo español, y nada
más alejado de la realidad. Sencillamente es que veo que, desde que España consiguió
su segunda Eurocopa hace cuatro años, pero sobre todo desde que se consiguió el
Mundial de Suráfrica hace dos, muchos en este país se piensan que la selección
española es la reina del mambo. Todavía recuerdo comentarios referentes al
calendario maya, el cual, según dicen algunos, dice que el mundo se acabará
este próximo diciembre, diciendo que el mundo se acabaría con España campeona
de Europa y del Mundo. Quizás en parte tengan razón, ya que se ha conseguido
algo que muy pocas selecciones han conseguido, y es ganar consecutivamente, el
torneo continental y el Mundial, pero si algo nos ha demostrado el fútbol a lo
largo de su historia es que uno no siempre está arriba del todo para siempre.
Pero, por desgracia, en este país no aprendemos.
Imaginemos por un momento que España cae eliminada. Pues todavía se seguirá
hablando de que España ha sido sin dudar la mejor del torneo, que la derrota ha
sido una gran injusticia y cosas por el estilo. Y ahora imaginemos que La Roja
se pasa no menos de 40 años sin ganar nada, tal y como pasó entre la primera y
la segunda Eurocopa. Exacto, todavía habrá quien seguirá diciendo que España está
entre las mejores selecciones del mundo y seguirán creyendo que somos los reyes
del mambo y que
La Roja es una de
las que corta el bacalao en el mundillo del fútbol, y aunque ahora esté en la
cresta de la ola, cabe preguntarse durante cuánto tiempo más lo estará. Los más
optimistas dirán que ha venido para quedarse, pero, como ya he comentado
anteriormente, es imposible que alguien esté en lo más alto o en las primeras
posiciones por siempre jamás. Desafortunadamente, eso es algo que demasiada
gente no ha aprendido, y solamente hace falta que su equipo encadene unos pocos
éxitos, aunque sean de relevancia, para que se crean tocados por una especie de
Dedo Divino, gracias al cual se ha colocado
a este equipo a un pedestal, y que el solo hecho de pensar en bajarlo de este
pedestal en que se subió hace años es una herejía total.
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