Llegados a este punto, si seguimos la aplastante lógica de la inmensa mayoría Antimadridista, estamos ante un año de cambios. Dado que el malvado entrenador portugués (cuyo nombre no vamos a escribir para no dañar sensibilidades) se ha marchado rumbo a otra liga, se entiende que los días de odio hacia el Real Madrid se han acabado.
Durante años, el Real Madrid fue respetado, aclamado y querido por la mayoría de los campos más importantes de España, véase Camp Nou, Mestalla, Riazor, Vicente Calderón, El Sadar o San Mamés. Ante el interés del club de fichar a jugadores de estos equipos, se ofrecían todo tipo de facilidades, y no se ponía ninguna traba especial hacia el Real Madrid. Los jugadores más importantes eran ovacionados al ser sustituidos después de grandes actuaciones en campo rival.
Todo cambió con la llegada de ese entrenador de malos modales, formas agresivas, y empecinado en destrozar a la Selección Española. El Real Madrid pasó a ser un club prepotente, desmedidamente rico, con un juego rácano y vulgar, y con unos jugadores, en su mayoría portugueses, maleducados, provocadores y antipáticos. En bloque, el grueso del Antimadridismoseñalaba que el malvado entrenador portugués había hecho incrementar el odio visceral hacia el Real Madrid.
Deducimos pues, que volveremos a los tiempos previos a estos 3 años de maldad, rencor y malas formas portuguesas. Volveremos al cariño procesado desde siempre hacia el Real Madrid de puntos tan variados en la geografía Española como Sevilla, A Coruña, Barcelona, Bilbao o Valencia.
Esperen sentados, y preparen las palomitas. La película promete ser interesante.
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